Buenas Bloggers!
Hoy voy a hablaros de algunas técnicas que hacen l@s enfermer@s durante el día a día en una planta de medicina interna.
Las más comunes son:
CONTROL DE LAS CONSTANTES VITALES
La tensión arterial, la temperatura, la frecuencia cardíaca y frecuencia respiratoria (Sat. O2), son las cuatro constantes vitales que hay que controlar continuamente durante todo el día, por lo menos en cada cambio de turno de enfermería.
-La tensión arterial debe estar cerca de 140/70 (Sistólica/Diastólica), si sobrepasa se le llama hipertensión arterial y si es inferior a éstos, hipotensión arterial.
-La temperatura corporal es otra constante muy importante ya que muchas veces es indicador cuando existe una infección. Debe estar entre 35ºC-37ºC.
-La FC debe estar entre 60-120, menos de 60 se considera bradicardia y más de 120 se considera taquicardia.
-La FR debe mantenerse entre 12-17 respiraciones/min. Y la saturación de oxígeno debe ser de95 a 100, cuanto más mejor.
PUNCIÓN DIGITAL Y TIRA REACTIVA
Los pacientes con DM al igual que los pacientes que están con nutrición parenteral que ingieren muchas calorías a lo largo del día (2500 kcal apx.) se les debe hacer una glucemia digital en desayuno, comida y cena para controlar sus niveles de azúcar en sangre. Estos deben estar entre 80-110 y si sobrepasa, se les pincha insulina subcutánea según pauta médica.
Hoy en día se han disparado las cifras de Diabéticos tipo II, relacionado con el aumento de las cifras de obesos en nuestra población. Por todo ello se han ido modificando los valores de la cifras de glucemia.
Las cifras con las que se trabaja son glucemia basal: 110 mg/dl (último valor dado por la semFYC Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria).
El autocontrol de la glucemia simplifica la vida del paciente diabético. Bajo control médico, es posible mantener el valor glucémico en el intervalo normal.
Se recomienda anotar los resultados de medición en un diario de diabético y presentarlo al médico o la enfermera de cada consulta.
El fundamento de la realización del test: El análisis de la muestra mediante la medición de potenciales eléctricos, proceso conocido como Bioamperometría, en el cual la enzima de glucosa-deshidrogenasa convierte la glucosa en gluconolactona, dicho proceso produce
variaciones electrolíticas, las que son la base de la medición hecha por el medidor.
OBJETIVO
-Realizar correctamente y sin errores, la técnica del control de glucemia capilar.
PROFESIONAL Enfermera/o.
MATERIAL
-Medidor de Glucemia
-Lancetas
-Tiras de medición
- Gasas y desinfectante
PROCEDIMIENTO
1. Preparación del material
2. Calibración del medidor:
Al Abrir un estuche nuevo de tiras reactivas, retirar el chip de codificación que se incluye e insértelo en la ranura para el chip de codificación del medidor con el medidor apagado. Para evitar confusiones, siempre desechar el chip y el estuche usados antes de abrir un nuevo estuche.
3. Obtención y aplicación de sangre para el examen:
- Informar al paciente sobre la técnica que se realizara.
- Desinfectar la mano del paciente. (Previamente nos habremos lavado las manos el personal de enfermería).
- El lugar de punción debe estar completamente seco.
- Pinchar con una lanceta en el lado de la yema del dedo. No apretar la yema del dedo.
- Inserta la tira en el medidor, teniendo especial cuidado de que el código del envase desde el que proviene coincida con el que esta programado en el medidor.
- Aplicar la gota en la tira, está la recogerá por capilaridad.
- Esperar 30 segundos y registrar el valor de la medición.
- Eliminar el material desechable en su recipiente apropiado.
OBSERVACIONES
-No efectuar las determinaciones de glucemia a temperaturas inferiores a + 14ºC o
superiores a +40ºC ni a más del 85% de humedad relativa.
-No almacenar el envase de las tiras reactivas a +2ºC o superiores a 32ºC.
-Observar la fecha de caducidad
-Importancia de la concordancia entre el código del equipo y de la cinta con que se
realiza la medición.
-Valorar las posibles alteraciones fisiopatologicas del paciente que puedan incidir con el
resultado de la medición
CANALIZACIÓN DE VÍA PERIFÉRICA
Canalizar una vía venosa periférica es una técnica invasiva que nos permite tener una vía permanente al sistema vascular del paciente. A través de esta vía podremos administrar sueroterapia, medicación y nutrición parenteral.
Material:
- Compresor.
- Antiséptico.
- Guantes no estériles.
- Algodón o gasa.
- Apósito preferiblemente transparente.
- Catéter venoso de calibre adecuado.
- Llave de tres pasos.
- Esparadrapo.
- Jeringa con suero fisiológico.
Procedimiento:
Lo primero que haremos es informar al paciente de lo que vamos hacer. Nos ponemos los guantes y colocamos el compresor en el brazo del paciente. Se recomienda empezar a valorar las venas más distales como las del dorso de la mano o el antebrazo, pero si nos encontramos en un servicio de Urgencias, empezaremos a valorar las que se encuentran en la flexura del codo o incluso en el brazo, con la intención de que la medicación que pongamos llegue antes al corazón (recomendado en emergencias cardiológicas).
Las venas las valoraremos por su calibre y recorrido, desecharemos las venas rotas previamente, las que están encalladas (se nombra así a las que por su uso previo, están duras a la palpación) y las que no estemos seguros de poder canalizar. Cuando hayamos elegido una, elegiremos el calibre del catéter que vamos a introducir. Los catéteres venosos mas pequeños tienen números pares más altos, siendo el número 26 el más fino y el 14 el más grueso. En adultos los números más utilizados son el 22, el 20 y el 18 y en niños usaremos del 22 al 26.
Antes de pinchar, tendremos en cuenta que el bisel de la aguja esté hacia arriba- En el momento que pichemos y veamos que ya refluye sangre de la vena, aguantaremos la aguja con una mano y con la otra iremos empujando el catéter de plástico hasta su total introducción. Retiraremos el compresor del brazo del paciente, pegaremos una tira de esparadrapo para sujetar la vía, retiraremos la aguja y conectaremos la llave de tres pasos previamente salinizada. Fijaremos el apósito transparente sobre la vía y pondremos las tiras de esparadrapo que creamos conveniente, para asegurar la sujección. Finalmente, inyectaremos suero fisiológico de la jeringa previamente cargada, para salinizar la vía y mantenerla permeable.
Las venas las valoraremos por su calibre y recorrido, desecharemos las venas rotas previamente, las que están encalladas (se nombra así a las que por su uso previo, están duras a la palpación) y las que no estemos seguros de poder canalizar. Cuando hayamos elegido una, elegiremos el calibre del catéter que vamos a introducir. Los catéteres venosos mas pequeños tienen números pares más altos, siendo el número 26 el más fino y el 14 el más grueso. En adultos los números más utilizados son el 22, el 20 y el 18 y en niños usaremos del 22 al 26.
Antes de pinchar, tendremos en cuenta que el bisel de la aguja esté hacia arriba- En el momento que pichemos y veamos que ya refluye sangre de la vena, aguantaremos la aguja con una mano y con la otra iremos empujando el catéter de plástico hasta su total introducción. Retiraremos el compresor del brazo del paciente, pegaremos una tira de esparadrapo para sujetar la vía, retiraremos la aguja y conectaremos la llave de tres pasos previamente salinizada. Fijaremos el apósito transparente sobre la vía y pondremos las tiras de esparadrapo que creamos conveniente, para asegurar la sujección. Finalmente, inyectaremos suero fisiológico de la jeringa previamente cargada, para salinizar la vía y mantenerla permeable.
Consejos:
- El uso de apósito transparente sirve para valorar el estado de punto de punción sin tener que manipular la vía. Así podremos evitar futuras complicaciones, como la aparición de flebitis.
- Se recomienda curar y comprobar el perfecto funcionamiento de las vías cada 48 horas. La cura consistirá en limpiar la zona de punción con antiséptico y la colocación de un apósito limpio. Para comprobar el funcionamiento de la vía, pondremos un compresor al paciente unos centímetros por encima de donde se sitúa la vía. Con una jeringa extraeremos sangre para comprobar la permeabilidad, retiraremos el compresor e introduciremos suero para limpiar los restos de sangre y dejarla salinizada.
- Si nos encontramos en un servicio de Urgencias o, si además de canalizar una vía a un paciente, tenemos que extraerle sangre, aprovecharemos la canalización de la vena para extraer los tubos de sangre que correspondan. Así evitaremos un pinchazo más.
- Si al introducir el catéter por la vena vemos que nos muestra obstrucción, iremos introduciendo suero fisiológico a través de una jeringa, muy lentamente, mientras a la vez empujamos el catéter hasta su total introducción. Con la entrada de suero, conseguiremos una expansión de las paredes de la vena, facilitando que entre el catéter.
- Evitaremos pinchar en miembros inferiores, con la intención de evitar una tromboflebitis, especialmente en las personas que tengan varices.
- Una vez que la vía está canalizada y permanece salinizada, a la hora de administrar medicación IV, si nos muestra obstrucción, le realizaremos un lavado con suero fisiológico, introduciendo lentamente de 2 a 4 cc de suero mediante una jeringa.
A continuación, pinche aquí y podrá ver un pequeño vídeo.
EXTRACCIÓN DE SANGRE
En la rutina diaria se suele extraer la sangre a través de la punción de una de las venas situadas en la fosa cubital del brazo. Estas venas tienen generalmente un tamaño aceptable y la piel en esta región es suave y no demasiado sensible.
Si por alguna razón no se puede pinchar en la fosa cubital se recomienda la punción de una de las venas del dorso de la mano o en la muñeca; pero necesitamos saber que aquí duele un poco más. Otra opción es la extracción de sangre en el pie (tobillo o dorso del pie), aunque no se hace con tanta frecuencia.
Los sitios mencionados arriba son los que más se usan y que son los menos invasivos. En casos excepcionales es posible realizar una punción de la vena subclavia o la vena femoral.
Dónde NO pinchar:
- En piel lesionada, inflamada o que presenta hematomas o cicatrices.
- En venas tortuosas.
- En el brazo del mismo lado dónde se haya efectuado una mastectomía.
- En un brazo que lleva una vía venosa periférica.
- Dónde hayamos pinchado ya sin éxito, ni más periférico. Prueba el otro lado.
- Cuando no estemos seguros, antes de pinchar, buscar ayuda.
Mariposa.
Dos juegos mariposa con agujas de diferentes tamaños. |
Es un sistema muy cómodo para él que extrae la sangre así como para el paciente. El juego consta de una aguja de mariposa para la extracción de sangre unida a un tubo flexible y transparente con un conector Luer, en él que se engancha un sistema de recolección de sangre (por ejemplo tipo vacutainer).
Sistema al vacío. |
Jeringa.
Se extrae la sangre mediante una aguja i.v. que está conectada a una jeringa dónde se recolecta la sangre.
Sistema al vacío.
Es muy usado porque su uso es simple y práctico El tubo de vacío se engancha en un adapter que está unido a la aguja. Por el vacío los tubos se llenan por sí sólos. El uso de sistemas al vacío no es recomendable en los bebés ni en los ancianos por la fragilidad de sus vasos sanguíneos.
Equipo y Técnica
Es normal que no le guste a nadie experimentar una extracción de sangre. Incluso, algunas personas tienen mucho miedo o tienden a desmayarse. Por eso es muy importante crear un ambiente agradable y relajado. Si es posible podemos ofrecerle al paciente acostarse o estar semi-acostado en una camilla, y distraerle mediante una conversación ligera.
Idóneamente preparamos todo el material necesario antes de recibir al paciente:
Idóneamente preparamos todo el material necesario antes de recibir al paciente:
Saludamos y colocamos al paciente. Siempre es recomendable introducirnos y asegurarnos de la identidad de la otra persona. Además necesitamos saber si el paciente tiene alérgias (latex, pegamento de tiritas, agentes de desinfección…) y si tiende a desmayarse en estas situaciones. Para algunos exámenes de sangre es necesario que el paciente cumpla ciertos requisitos (ayuno previo, dejar de tomar un medicamento, etc.) cuya cumplimentación tenemos que averiguar. En el caso de que el paciente tome anticoagulantes tenemos que contar con un tiempo de sangrado prolongado y tomar las medidas respectivas después de la extracción.
Cuando el paciente esté cómodo echamos un vistazo a sus brazos para decidir un sitio para la punción. El brazo debe ser extendido y lo relajado posible.
Es importante verificar que en el sitio a puncionar la piel se encuentra indemne y lejos de focos de infección, ni hayan otros problemas que puedan interferir.
Es importante verificar que en el sitio a puncionar la piel se encuentra indemne y lejos de focos de infección, ni hayan otros problemas que puedan interferir.
Palpamos la vena para averiguar sus características (tamaño, elasticidad o rigidez, determinar si de desplaza o no) y su curso.
En el caso de que no estamos seguros de poder lograr una punción exitosa en la fosa cubital nos dirigimos más hacia la perifería, buscando en el dorso de la mano y en la muñeca. En los casos difíciles se recomienda siempre empezar lo más periférico posible, o buscar ayuda.
El uso de un torniquete puede ayudarnos para decidir dónde pinchar; se coloca unos 7.5 a 10cm por encima del sitio de punción. Además podemos pedir al paciente de cerrar el puño para aumentar el volumen de sangre intravenosa.
Cuando hemos decidido el lugar de la punción soltamos el compresor y desinfectamos el sitio de la punción. (Un tiempo de compresión demasiado largo causa la acumulación de sangre y ciertas sustancias en la vena que pueden alterar el resultado de algunas de las pruebas.)
Si no lo hemos hecho antes nos ponemos guantes desechables, volvemos a colocar el torniquete y procedemos a la punción.
Tomamos la aguja con una mano y sacamos con cuidado el capuchón. Con la mano libre nos aseguramos otra vez del curso de la vena y tensamos la piel sobre el sitio de punción. De esa manera fijamos la piel y la vena y facilitamos la punción. Acercamos la aguja situándola paralela al curso de la vena a puncionar.
Con el bisel hacia arriba puncionamos la piel con un suave y rápido movimiento. La aguja se introduce con un ángulo de 10 a 20 grados. Cuando la aguja llega al lumen de la vena (después de 1cm aprox.) de repente la resistencia que sentimos disminuye. Si la punción fue adecuada, el segmento de la jeringa inmediato posterior a la aguja se llena de sangre y podemos proceder a extraer la sangre.
Pedimos al paciente de abrir el puño y llenamos todos los tubos necesarios. Los tubos llenados y quitados del sistema de extracción necesitan ser movidos unas cuántas veces (para distribuir los aditivos uniformemente) pero suavemente (para evitar que se produzca hemólisis).
Cuidado al quitar un tubo y poner el otro, a que no movamos la aguja en la vena, ni la empujemos ni tiremos en ella.
Cuando hemos llenado y quitado el último tubo, soltamos el torniquete y colocamos una gaza o algodón sobre el sitio de la punción. Retiramos con cuidado la aguja. Cuando ésta haya salido del brazo del paciente ejercemos presión en la gaza para impedir que salga la sangre. Desechamos la aguja o el juego mariposa en los contenedores designados.
El paciente puede seguir presionando durante unos minutos, o fijamos el algodón con esparadrapo.
Finalmente necesitamos asegurarnos de que las muestras obtenidas lleven la etiqueta o el nombre del paciente para garantizar la correcta identificación de cada una de ellas.
Vídeo extracción de sangre
Tomamos la aguja con una mano y sacamos con cuidado el capuchón. Con la mano libre nos aseguramos otra vez del curso de la vena y tensamos la piel sobre el sitio de punción. De esa manera fijamos la piel y la vena y facilitamos la punción. Acercamos la aguja situándola paralela al curso de la vena a puncionar.
Con el bisel hacia arriba puncionamos la piel con un suave y rápido movimiento. La aguja se introduce con un ángulo de 10 a 20 grados. Cuando la aguja llega al lumen de la vena (después de 1cm aprox.) de repente la resistencia que sentimos disminuye. Si la punción fue adecuada, el segmento de la jeringa inmediato posterior a la aguja se llena de sangre y podemos proceder a extraer la sangre.
Pedimos al paciente de abrir el puño y llenamos todos los tubos necesarios. Los tubos llenados y quitados del sistema de extracción necesitan ser movidos unas cuántas veces (para distribuir los aditivos uniformemente) pero suavemente (para evitar que se produzca hemólisis).
Cuidado al quitar un tubo y poner el otro, a que no movamos la aguja en la vena, ni la empujemos ni tiremos en ella.
Cuando hemos llenado y quitado el último tubo, soltamos el torniquete y colocamos una gaza o algodón sobre el sitio de la punción. Retiramos con cuidado la aguja. Cuando ésta haya salido del brazo del paciente ejercemos presión en la gaza para impedir que salga la sangre. Desechamos la aguja o el juego mariposa en los contenedores designados.
El paciente puede seguir presionando durante unos minutos, o fijamos el algodón con esparadrapo.
Finalmente necesitamos asegurarnos de que las muestras obtenidas lleven la etiqueta o el nombre del paciente para garantizar la correcta identificación de cada una de ellas.
Vídeo extracción de sangre
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